La literatura a lo largo de los años nos ha dejado personajes que han invadido nuestras vidas, Jason Bourne es uno de ellos, efectivamente el personaje de Jason Bourne no fue creado para las películas que todos conocen actualmente, lo cierto es que se trata de una creación literaria del novelista Robert Ludlum.
El novelista Robert Ludlum creó la famosa saga de Jason Bourne en formato literario, los títulos más famosos son “El caso de Bourne”, “El mito de Bourne” y “El ultimátum de Bourne”, los cuales se trasladaron al formato cinematográfico que dió la fama mundial a esta historia. Vamos a analizar un poco el personaje de Jason Bourne y como nos lo presentan en las películas.
La película nos presenta a un agente de la CIA el cual tiene un pasado algo peculiar, en sus inicios como soldado gracias a ser de los más brillantes y sufrir la pérdida de su padre a manos de unos terroristas decide apuntarse a un entrenamiento para operaciones especiales, el cual pertenecía a un programa experimental, el kit de la cuestión es que Jason Bourne se decanta por acceder a este entrenamiento por la promesa de los superiores, la cual rezaba que de esa forma podría honrar tanto a su familia como a su país, mejorando considerablemente sus habilidades e inteligencia.
Hasta aquí todo puede parecer normal, el problema viene a raíz de que dicha promesa era una mentira para conseguir que el joven soldado acabara inscribiéndose en su programa de entrenamiento, del cual salió bautizado como Jason Bourne, un arma humana creada para matar. No obstante, tras un episodio en una misión secreta realizada en Europa, el protagonista empieza a sufrir episodios de amnesia traumática, lo cual le hace imposible recordar absolutamente nada de las personas de su pasado y por consiguiente saber quién es realmente él.
Este es el pilar base del protagonista, a raíz de su amnesia empieza la carrera por averiguar cuál es su identidad y recordar su pasado, obviamente a lo largo del proceso se ve involucrado en distintos problemas, como son redes de espionaje, manipulación de gobiernos y persecuciones hacia su persona de asesinos profesionales, mercenarios y ex compañeros suyos de la CIA los cuales no tienen mucho éxito realizando su trabajo.
Sin duda alguna, el personaje de Bourne causó sensación por la frescura que aportó al género de ficción, estamos ante un joven el cual podríamos definir como un “antihéroe” que intenta recuperar su pasado que ha olvidado a causa de una amnesia, para ello volverá tras sus pasos analizando cada detalle y empezando a conocerse a sí mismo, al mismo tiempo que se da cuenta de su situación real, la cual está marcada por un asesinato.
Estamos ante el clásico personaje creado por el gobierno para “matar” y cumplir órdenes, pero como es lógico algo sale mal y no actúa como debería, poniendo en peligro las misiones del propio gobierno, por lo que la solución más fácil es deshacerse de él.
Un dato interesante sobre el motivo por el cual no aparece el personaje de Jason Bourne en la película del Legado de Bourne es debido a que el director de las películas anteriores a ésta era Paul Greengrass, fué sustituido por el director Justin Lin, esta decisión no le gustó nada a Matt Damon por lo que optó por no continuar con la saga hasta que no volviera Greengrass. Por ese motivo el personaje principal del Legado de Bourne no fue el propio Jason, sino que lo fue otro agente secreto llamado Aaron Cross.
Algo muy interesante son las teorías que circulan acerca del personaje de Jason Bourne, pues algunas afirman que la novela de Robert Ludlum podría estar basada en un caso real, ya que existen unos archivos clasificados de la CIA que salieron a la luz dejando entrever que un grupo de espías atentaban en espacios determinados de tiempo en Europa, pero lo cierto es que no se trataba de un grupo sino más bien de un único hombre, el cual realizaba estos actos de forma totalmente aleatoria y sin ningún tipo de criterio.
Este hombre que se menciona en los archivos de la CIA podría ser el Jason Bourne de la vida real, el cual inspiró a Robert en su día para dar vida a una saga de libros y películas que cautivó a toda una generación.
